miércoles, 6 de enero de 2010

Érase...

Érase una vez, una familia, conformada por tres personas. Magda, la madre de Lizet y Adolfo. Juntos, pasaron por el momento más trágico en la vida de una familia: un padre que los abandona y decide formar una nueva familia. ¿Irónico no? Lizet pensaba que con una familia bastaba pero en ese momento de su vida, supo que no era así.

Lizet recuerda aquel día en el que sus padres les dan la noticia. Habían regresado del colegio y estaban a punto de almorzar pero Magda no aguantó más y soltó la noticia...Lizet lloró hasta desmayarse frente a los ojos inertes de su padre y Adolfo que tenía 7 años solo atinó a abrazar a su mamá y pedirle que ella no se fuera.

En fin, se quedaron en el abandono pero Magda jamás descuidó la alegría que debía mantener en sus hijos y un día decidieron ir a la Kermesse que se organizaba en el colegio de Lizet pero no tenían dinero para nada, tan solo para el bus de ida y regreso.

Magda alistó un par de botellas con refresco de cebada para la sed y nada más. Era domingo y hacía mucho sol. Tenían que caminar 15 cuadras para llegar al paradero, pero a la tercera Adolfo se agacha para amarrase las zapatillas y nota un papel doblado que le llamó la atención: era un billete de 10 soles. Sonrientes, caminaron más rápido, tomaron el bus y llegaron.

Jugaron el los inflables, tomaron gaseosa y comieron pop corn. Magda miraba cómo sus hijos, que eran su razón de vivir, tenían una tarde feliz. Ella sentada en una silla, observaba a todas las familia, completas, unidas, almorzando. Se le caían las lágrimas ya que ella sentía que era miserable y desafortunada en el amor, pero eso no le preocupaba tanto como pensar en qué darles de comer a sus hijos con 2 soles diarios. Ya habían comido una semana entera, lentejas, huevo con arroz, pan con huevo, kekitos y camote encebollado...en fin, en ese momento, regresó su mente, y sus hijos la llamaron porque querían ir al show infantil.

Se diviertieron como nunca, bailaron, rieron, ganaron premios por bailar marinera y no se cansaban.
En eso desde el otro estrado, anunciaban a los ganadores de los sorteos. Ellos continuaban participando activamente del show cuando en eso escucharon el nombre de su madre...se había ganado una tarjeta de ahorros con 50 soles. En el año 1996 eso era mucho dinero...Magda emocionada pero poco expresiva, recogió el premio ante la mirada brillante de sus dos hijos, quienes corrieron a abrazarla fuertemente.

Los tres llegaron a casa, después de tomar el bus, rezaron juntos y esa semana pudieron comer pollo.

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